domingo, 4 de octubre de 2009

Breve experimento con la espera

Esta es la espera.
Todo gira en torno a ella.
Este circo empantanado
tiene ese gran juego.
La espera.

Es esa lanza que
junto a nuestros cuerpos
se pega.

En cada momento nos encontramos esperando, en cada espacio.
Y esos espacios son creados.

Tenemos la imagen de alguien esperando el tren.
Lee un papel.
Se sienta.
Saca una basurita de su sweater.
Mira hacia arriba.
Contempla
la nada.
O alguien en una habitación vacía esperando que pasen las horas.
De pronto empieza a dejar de hacer todo lo que hacía.
No va a trabajar.
No va a estudiar.
No se sienta a leer.
No limpia su casa.
No come.
No se baña.
No duerme.
¿Esas personas se mueren?
¿Y si no se mueren, esperan?
¿Entonces qué pasa?
¿No se tratará de eso
eso que decimos vida?
Mientras esperamos hacemos
todo aquello.

Mucho tiene que ver la espera
en nuestras cotidianeidades.
Mientras esperamos dormimos.
Mientras dormimos esperamos.
La dulce espera.
¡¿Esperás la carroza?!
Espere un segundo por favor.

Y lo peor de todo es que nadie puede contarnos si la espera termina alguna vez o no.
Si alguien se muere cómo sabemos si terminó de esperar.
Tal vez la espera no termine.
Eso es.
Lo más terrible de soportar.
El sopor de la espera.
Ese sedante que tiene.
Esa amargura de peros.
Esa amargura de excusa.

En este lugar espero, me siento a través del viento.
En este encuentro masivo de almas, la música se deja
llevar
por el viento.
No le importan demasiado sus cosas.
ni sus notas.
se deja llevar
hasta el final.

Sin importar, como un barquito
vas.
A la deriva, como dijo Horacio,
mientras yo pienso en él.
Y sin poder sacarlo de mi mente empiezo
a imaginar
te.
Vas a la deriva de las costas que te puedan sostener.
Hundiéndoteenlagua,enelmar,sinpensar,sinhablar.

entendiendo
te.



2 comentarios:

  1. estás loca jajaja
    la otra vez hablábamos con mi pequeña Yoko que odioso tener que esperar TODO

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