viernes, 18 de septiembre de 2009

Algún Título

Dicen encontrarse entre las oscuras maletas (gabinetes) cerrados de esta facultad. Sangres fluyen dentro del sol que no encuentra un sentido, ni más mínimo se lo quiera otorgar.
Antes de la nada vino la sombra y desvaneció nuestros cuerpos de este lugar. Viviendo estamos como zombis de una nada que encontramos acá.
Buscando algo que sirva para volar. No sé qué escribir sobre esta institución que sólo deja un lugar cuadrado a la imaginación, ¿será eso imaginación? Sólo ese lugar.
Qué sentido tiene estudiar para que alguien con una varita mágica le diga a usted lo que debe hacer, cómo debe escribir, cómo debe citar, si citar está bien o está mal.
Habrá en algún lugar alguna forma en donde todo se complemente?
Estudiar para ser. Sí, esa es una de las premisas… saber. ¡¿Qué será eso?! ¿En dónde está?
Qué es en definitiva: sonreír sólo imitando al otro. Qué mundo desparramado encuentra mi sola función. ¿Dónde está la nada que me ahuyenta?: en este lugar.
Me encanta estar acá y sin embargo la paso tan mal… saliendo de estos sones.
Y entro en el oscuro. De golpe tengo frío y no encuentro papas en ningún lado. Solía escribir a menudo con el propio interior… ahora no entiendo el sentido de propio y en cualquier lugar que me encuentre parezco fuera de foco. No quiero seguir acá, pero…
Algo sujeta este cuerpo que quiere irse, ahuyenta este cerebro que no quiere salir.
Qué encuadre de nada!
Antes que nada la nada.
Nada
Nada?
Nada!

Ahondo en el mar. Saliendo una piensa que la estructura lógica de algún ente es la que debe ser, sólo por imitar.
Ahora me dicen que tengo que encuadrar la escritura y no puedo más, apenas fueron cuatro meses de encuadre de la escritura, pero parece más. Parecen años, parecen tantos años como estoy viviendo, parecen diecinueve, casi veinte.
No palabras y hablar? Dónde quedó la escritura de hablar? Existió todo esto alguna vez?
Por qué tantos de nosotros nos vamos de este lugar?
Me fascina, pero me molesta tanto que nos aten…

A veces me digo que hay que soportar para ganar herramientas, para adquirirlas, otras veces no pienso, otras me desespero y al rato estoy intentando prepararme un té para salir del agujero…
Ahora que estoy acá y no puedo irme no encuentro un té y sigo escribiendo para no desesperar y en un arranque irme a otro lugar.
Suelo esconderme en las espaldas del tiempo y aún así me parezco inútil.
Inútil para encontrar un lugar dentro de este lugar…

Hacia algo.
Ya esta escritura automática empieza a agotarme y sólo ha pasado diez veces el segundero por el doce, aunque perecen millones de minutos como personitas dibujando el ambiente en el que me encuentro: el centro de los estudiantes.
¿Cuál será el centro de los estudiantes?
¿Seré acaso un estudiante?
¿O un aprendiz de estudiante? Una nada revestida de mujer y de estudiante sentada delante de una máquina que de alguna manera, no sé cómo, permite que la escritura salga a algún lugar siniestro.
Puede ser.
Calculo que no me entiendo, pero no importa, tal vez, demasiado.
Demasiada cuadradez-
Demasiada insolación-
Algo de lo demasiado debería llenar esta nada
y aún así
no sé.

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