amacándome
extremeciéndome
dejándome
salteándome
tirándome
golpe a la arena y va
de nuevo:
Veo los vasos de anoche
lavados por él en un susurro.
leo sobre el recuerdo
un precioso recuerdo
("¡quiero un 28! por favor, ese no")
Cálido en el amanecer
húmedo
y barranca abajo:
vomito vómito
un té.
y me acuerdo
de esas veces.
El pozo me hundía
o yo me tiraba en él.
Una somnolencia metafísica
fortuna caeca est.
Me desperté y me asusté de las palabras.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelente. Pero el final... El final lo hace especialmente mas hermoso.
ResponderEliminarqué sorpresa! gracias che
ResponderEliminar